sábado, 4 de octubre de 2008

El gato alegre

Era un gato vagabundo
que por los techos andaba.
Cometiendo fechorías
feliz la vida pasaba.

Por ejemplo, a Don Tomás,
cuando la siesta dormía,
le entonaba sin parar
esta dulce melodía.

Miau… miau… miau… miau…
Poniéndolo tan nervioso,
que sin dormir, Don Tomás,
se levantaba furioso.

Otras veces, un pastel,
le robaba a una vecina,
que dejara unos instantes
enfriando en la cocina.

Cuando no, sobre los techos,
gran estruendo provocaba;
por el gusto de hacer ruido
con cualquier gato peleaba…

Siempre anduvo el gato alegre
en alguna travesura;
inventando hasta dormido
cómo hacer otra diablura.

Y vivió toda su vida
de esta forma divertido.
Sin causar mayores daños
nunca fue un gato aburrido.

No hay comentarios: