Un Petirrojo cantor
no tolerando el encierro,
decide huir de su jaula
hecha de alambre y de hierro.
Porque ha oído decir siempre
cosas hermosas del mundo.
Y quiere ver y volar
hasta el rincón más profundo.
Pero resulta imposible
escapar de aquel encierro;
pues es muy duro el alambre
y mucho más lo es el hiero.
Y piensa triste… apenado,
¿cómo hacer… cómo lograrlo…?
Y pide al cielo mil veces
que Dios quiera iluminarlo.
Y vuelve otra vez a hundirse
en aquel sueño dorado,
naciéndole, por constante,
lo que tanto hubo anhelado.
Y en el piso de la jaula
su dueño lo encuentra echado;
y creyendo que está enfermo
por compasión lo ha soltado.
Desde entonces, por el mundo,
anda saltando y mirando.
Y en cada flor se detiene
sólo un instante cantando.
Y cuando vemos deprisa
un pajarillo volando,
es, simplemente, que pasa,
el Petirrojo viajando.
sábado, 4 de octubre de 2008
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