sábado, 4 de octubre de 2008

Chispita

Una chispita traviesa
se escapó para jugar,
y se fue tan alto y lejos
que no supo regresar.

Enseguida pensó entonces
detenerse en un lugar,
y bajó muy asustada
casi a punto de llorar.

¿… Y cuál fue la gran sorpresa
que Chispita recibió…?
Al posarse sobre un árbol
ramas y hojas encendió.

Con gran pena se dio cuenta
del peligro que causaba,
ya que en fuego convertía
todo lo que ella tocaba.

Así anduvo dando vueltas
en el aire sin parar,
esperando otras chispitas
que la fueran a buscar.

Al llegar de nuevo a casa
prometió no hacerlo más,
pero fue su ruego en vano
… su mamá le hizo chas chas.

Aunque duela el corazón
siempre es buena una lección.

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