Se perdió en el bosque
un joven poeta,
y vagando anduvo
con el alma inquieta.
Sin agua, sin frutos,
tres días pasó,
y un cuerpo ya exhausto
el tiempo trazó.
Y siguió buscando
la ansiada salida.
Con los pies llagados.
Con la frente herida.
Y al final, vencido,
rogó: ¡Por favor…!
Ya llevo tres días
sin ver una flor.
sábado, 4 de octubre de 2008
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